Digimon Frontier

s41Sinopsis:

La historia de esta entrega animada comienza cuando, un día del año 2002, muchos niños de Tokio y alrededores reciben un mensaje en sus móviles que les cita a las 6p.m. en el intercambiador de Shibuya. Entre ellos se encuentra Takuya Kanbara, que recibe el mensaje y decide por impulso acudir a la llamada. Durante el viaje en tren se topa con Koji Minamoto y cuando llegan a Shibuya se montan en un ascensor que les transporta a una estación inexistente en el subsuelo de Shibuya. Allí suben a unos extraños trenes (para más tarde descubrir que se trata de Trailmons, unos trenes especiales que circulan por todo el Mundo Digital) y en uno de ellos Takuya conoce a JP, Zoe y Tommy (este último estaba en el tren en contra de su voluntad), con los que forma un primer grupo. Al llegar al Digimundo llegan a la Estación de la Llama, en la Aldea del Fuego y se encuentran con un par de Digimons llamados Bokomon y Neemon, quienes les guiarán por el digimundo para derrotar a Kerpymon. Recibirán la ayuda de los Guerreros Legendarios quienes intentan salvar el Digimundo. Al llegar, sus móviles se transforman en Digivices (D-Tectors) que tienen la cualidad de albergar los Espíritus Digitales, capaces de transformar a los niños en Digimons. Esos espíritus digitales otorgan al usuario la capacidad de transformarse en uno de los diez guerreros legendarios, que antaño salvaron al mundo digital de una gran catástrofe provocada por Lucemon, un ángel que terminó con la guerra entre Digimons pero fue corrompido por el poder; vencido por los 10 Guerreros Legendarios; y encerrado en lo más profundo del Mundo Digital (el Área Oscura).

Ahora el grupo de Takuya, Zoe, JP, Tommy y Koji (que termina por unirse más tarde) se dispone a salvar otra vez al mundo digital. Con el paso del tiempo se enteran de que una vez derrotado Lucemon, el cual pudo acabar con el digimundo, tres ángeles se repartieron los diez espíritus. Pero Lucemon se las ingenió para infectar a Kerpymon con la falsa idea de que los otros dos ángeles conspiraban contra él y les encerró a ambos.

Los cinco niños pelean con esos cinco Guerreros Legendarios (aunque uno realmente es Koichi, el hermano gemelo de Koji (que desconoce el asunto), quien luego se les une) que estaban al mando de Kerpymon y tenían los otros cinco Espíritus Digitales. Con sus poderes, estaban destruyendo el digimundo y juntando el Digi-Código de este para hacer más fuerte a Kerpymon. Pero los niños no sólo luchan contra los digimons corruptos, sino que también luchan contra sus propias debilidades y conflictos del pasado, sus miedos y defectos; los cuales logran vencer para derrotar a los guerreros corruptos.

Después de lograr juntar todos los Espíritus Legendarios (Incluidos los de tipo Animal y los de los otros cinco guerreros) en Takuya y Koji, aparecen los llamados «Hiperespíritus», transformándose en «Kaisergreymon» y «Magnagarurumon»; acaban con Kerpymon. Por desgracia se dan cuenta que el Mundo Digital no solo no se ha recuperado, sino que sigue desapareciendo, y es aquí cuando aparecen los Caballeros de la realeza, los cuales trabajan para Lucemon, que ha salido de su trance. Lucemon necesita del Digi-Código para salir de su encierro, lo cual logra gracias a los Caballeros Reales. Al final, gracias a la unión de todos los niños (excepto Kouichi cuyo espíritu fue absorbido por Lucemon), en los Digispirits Emperador y fusionándolos crean a «Susanomon» y acaban por fin con Lucemon, dejando el Digimundo nuevamente en manos de los Guerreros Legendarios de los Tres Grandes Ángeles.

Cuando los niños regresan al Mundo Humano, descubren sorpresivamente que no ha pasado ni un día desde que se fueron. En ese momento Takuya (que en un momento volvió a la Tierra por cobardía pero que después regresó al Digimundo), se acuerda de que vio a Koichi persiguiéndoles a él y a Koji al ascensor y que se cayó por las escaleras de la estación, por lo está en coma en una clínica cercana. Los Digivices sacrifican su poder para reanimarlo y vuelven a ser simples teléfonos móviles; más tarde los niños empiezan una nueva vida, cada uno corrigiendo sus defectos personales.

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